Proteína/proteína. Incorrecta.
Es incorrecta la combinación en una misma comida de dos proteínas de naturaleza diferente, es decir, carne/leche, huevo/carne, leche/huevo, nueces/huevo, queso/nueces, etc. Y aun siendo de la misma naturaleza es mejor tomar sólo una proteína concentrada por comida.
La razón es la siguiente: los jugos gástricos que entran en el estómago para digerir las proteínas son ácidos, pero según la naturaleza de la proteína estas secreciones son algo diferentes, como también es diferente el momento exacto en el que el jugo más fuerte es segregado sobre la proteína, dependiendo de si se trata de leche, huevo, carne o nueces, por ejemplo.
Proteínas/ácidos. Incorrecta.
Los ácidos hacen difícil que se pueda segregar el jugo gástrico, como si lo paralizara, inhibiendo así la digestión de las proteínas con lo que se produce su putrefacción.
Las frutas ácidas y el vinagre detienen la secreción de ácido clorhídrico.
Esta combinación es especialmente contraproducente cuando se trata de huevos y carne, sin embargo, en lo que respecta a los quesos y las nueces combinadas con un alimento ácido podemos decir que no es tan perniciosa como la anterior, si bien tampoco es del todo aconsejable.
Esto se explica porque tanto las nueces (refiriéndonos a todo tipo de ellas) como los quesos contienen bastante grasa, con lo que, aunque se detenga un poco la digestión debido a los ácidos, no se descomponen tan rápido como otras proteínas.
Proteína/grasa. Incorrecta.
Grasas: manteca, mantequilla, nata, margarina, aceites vegetales, aguacates, carnes grasas.
La grasa reduce también la secreción de jugo gástrico, así que resulta obvia la inconveniencia de consumirla junto a las proteínas, que requieren inmediatamente de sus jugos ácidos para poder ser digerida.
Tanto es así, que las nueces o los quesos que son proteínas con alto contenido en grasa tardan más tiempo en digerirse por esa misma razón.
Consumir verduras crudas puede contrarrestar los efectos adversos de esta mala combinación.