1. Masticar y ensalivar bien los alimentos, sobre todo cuando se trata de almidones (como el pan, los cereales, las patatas, el arroz, etc), puesto que empezamos a digerir los almidones en la boca con nuestra propia saliva que contiene una sustancia denominada ptialina, la cual es la encargada de iniciar la digestión de los alimentos ricos en almidón.
2. No es aconsejable beber durante la comida por dos razones: en general, los líquidos diluyen los jugos gástricos con lo que la digestión se entorpece. La segunda razón es porque, tal y como indiqué más arriba, algunos alimentos comienzan su digestión gracias a la acción de la saliva; sin embargo, los líquidos frenan la formación de saliva, con lo que tampoco es recomendable tomar las comidas muy caldosas.
3. Intentar no tomar alimentos fritos. Razón: al freír se originan unas sustancias tóxicas muy perjudiciales para la salud, las acroleínas.
4. No comer en lo posible alimentos tostados, debido a que al tostar también se forman sustancias tóxicas, en este caso, alquitrán.
5. Consumir en las comidas una mayor proporción de alimentos crudos que cocinados. Los alimentos crudos están vivos y conservan sus propiedades, además de que son más fáciles de digerir y ayudan a la digestión de los demás. Así que, hay que procurar iniciar cada comida con una buena ensalada.
6. No tomar postres, los dulces que de por sí tienen mal combinados sus ingredientes producen fermentaciones. Por ello, si no puedes pasar sin ellos, al menos consúmelos fuera de las comidas, con el estómago vacío, para que no se echen a perder los demas alimentos.
7. No picar entre horas, el aparato digestivo DEBE descansar. Si se le agota pueden sobrevenir importantes trastornos digestivos.
8. No comer sin hambre. Los jugos digestivos no se forman bien si se come sin apetito.
9. Cenar temprano y dejar pasar tiempo antes de acostarse. Si el aparato digestivo está trabajando, no se descansa adecuadamente.
10. Y no menos importante, comer sin tensión y relajados. Debemos concentrarnos en nuestra comida.