También llamados Carbohidratos o Glúcidos, están formados por hidrógeno, carbono y oxígeno.
Son la principal fuente de energía, cuando se queman se forma energía para que pueda funcionar el organismo y se genera calor, que es útil para mantener la temperatura del cuerpo.
Los hidratos de carbono favorecen el metabolismo de las grasas y forman parte de la estructura de las células y de los tejidos.
Los carbohidratos se convierten en glucosa, circulando así por la sangre y, mediante la acción de la hormona insulina, pasa a los tejidos para poder ser utilizada.
La celulosa también es considerada un hidrato de carbono y, aunque no se digiere ni pasa a la sangre, es muy importante por su estimulación en la evacuación de las heces.
Al igual que pasaba con los azúcares de la miel, el hidrato de carbono que no se usa se almacena en el hígado como glucógeno, siendo utilizado cuando las necesidades del organismo así lo requieren.
Alimentos considerados hidratos de carbono:
Azúcares: 1. Frutas dulces (plátanos, caquis, melocotones, etc)
2. Frutas secas dulces (dátiles, higos, ciruelas, pasas, etc)
3. Azúcar blanco, moreno, miel, melaza, etc.
Almidones: 1. Legumbres ( guisantes, garbanzos, lentejas, habas, etc)
2. Tubérculos (patatas, boniatos, castañas, etc)
3. Harinas y cereales.