Introducción
Sería muy largo exponer aquí toda la teoría de la combinación de los alimentos, ya que es amplia y compleja. Intentaré en la medida de lo posible resumirla y explicarla de manera clara, amena y sobre todo práctica para poder aplicar sus principios.
Entre los múltiples beneficios que se derivan de la correcta combinación de los alimentos se encuentran el ayudar a la desintoxicación del cuerpo, el aumento que se produce de nuestra energía, que desaparecen nuestros problemas de estómago y fundamentalmente que perdemos peso.
Todo ello razones suficientes para, al menos, prestarle un poco de atención ya que se puede realizar con pequeños cambios y no se trata de pasar hambre.
La importancia de la correcta combinación de alimentos radica en que determinadas combinaciones se digieren mejor que otras, esto se fundamenta en la química fisiológica.
Debemos aceptar nuestras limitaciones digestivas y que el combinar de manera incorrecta supone la formación de sustancias tóxicas debido a que se producen putrefacciones, fermentaciones, gases, flatulencias, acidez e indigestión. Sustancias que el cuerpo, por supuesto, se ve en la obligación de eliminar.
Una comida mal combinada puede llegar a tardar 8 horas o más en salir del estómago, cuando lo normal es que lo haga en unas 3 horas o menos, si se ha combinado adecuadamente.
Para ilustrarlo con un ejemplo, una mala combinación sería mezclar en una misma comida proteína con almidón.
La explicación de por qué es químicamente incompatible es la siguiente:
Para digerir una proteína el estómago segrega jugo ácido, sin embargo, el almidón necesita un jugo alcalino. Por eso, si ingerimos al mismo tiempo una proteína con un almidón entran también al mismo tiempo en el estómago un jugo ácido con uno alcalino.
Resultado: se neutralizan, no se digiere ni uno ni otro, pasan varias horas en las que la proteína acaba pudriéndose y el almidón fermentándose dentro del estómago.
Consecuencias: gases, flatulencias, acidez y sustancias tóxicas.
En cambio, si tanto la proteína como el almidón se hubieran tomado por separado y sólo acompañados con verdura respectivamente, se hubieran digerido a la perfección.
¿Por qué? Porque las verduras se digieren tanto en un medio ácido como en uno alcalino.
De modo que, no se trata de no comer las cosas que nos gustan sino de con qué nos las comemos.
Se trata de comer de un modo consciente y razonado, siguiendo una serie de sencillas pautas para sacar el máximo provecho de los alimentos que ingerimos.