¿Qué son?
Un antioxidante es una molécula capaz de prevenir la oxidación de otras moléculas.
Cuando se produce la oxidación se crean radicales libres capaces de provocar reacciones que dañan las células. Y es aquí donde intervienen los antioxidantes inhibiendo estas reacciones tan perjudiciales.
Los radicales libres pueden acelerar el proceso de envejecimiento debido a esta oxidación, también interfieren en nuestro proceso autocurativo.
Su acción nociva se ve aumentada con el excesivo consumo de grasas, especialmente de origen animal, así como con el tabaco, el alcohol y con la polución medioambiental.
De modo que los antioxidantes pueden anular estos efectos perniciosos, previniendo enfermedades como el cáncer, enfermedades cardíacas y algunas neurológicas. Además, de proporcionar otros beneficios para la salud.
Las dietas ricas en frutas y verduras reducen dichos riesgos.
Alimentos que contienen antioxidantes son
Las frutas, verduras, cereales, legumbres, nueces, té e hierbas aromáticas como el orégano, entre otros.
Conservación de los alimentos
Es importante realizar una adecuada conservación de los alimentos a fin de que no se produzca su oxidación.
Factores como la luz del sol y el oxígeno contribuyen a que aquélla se produzca, de manera que es conveniente mantenerlos en la oscuridad y bien cubiertos.
Los alimentos ricos en grasas se oxidan fácilmente, así que aquí van algunos consejos para evitar esto en la medida de lo posible:
La mantequilla nunca debe de ser envuelta en papel de aluminio o guardada en recipientes metálicos.
El aceite de oliva, aunque en sí mismo contiene antioxidantes, es también sensible a la fotoxidación, por ello debe de conservarse alejado de la luz solar.