Hoy en día es muy difícil conseguir huevos realmente frescos, para ello, deberíamos buscar un proveedor de confianza, aunque esto implique en ocasiones pagar un poco más por ellos
Hay que tener en cuenta que la forma más sana y nutritiva de consumir huevos es en su estado crudo y, en este sentido, es necesario recalcar la importancia de que los huevos sean frescos.
Conforme pasa el tiempo, los huevos pierden agua a través de los poros de su cáscara, es decir, que pierden peso y se vuelven más ligeros.
Por esta razón, existe un test o prueba bastante sencillo para comprobar la frescura o "vejez" de un huevo:
Se trata de preparar una solución de sal al 10%, o lo que es lo mismo, vertemos 100 gramos de sal en un litro de agua.
Sumergimos en esta solución el huevo al que queremos someter a prueba, si es fresco se hundirá (puesto que pesa, ya que tiene aún gran cantidad de agua dentro) y si no lo es, flotará: si flota hacia la mitad del recipiente, tiene aproximadamente una semana y si asoma a la superficie, tendrá de 2 semanas a 1 mes, o más...